• Efectos secundarios: Aunque la gran mayoría de las vacunas son seguras, algunas personas pueden preocuparse por posibles efectos secundarios. Es importante mencionar que los efectos secundarios graves son extremadamente raros, y la mayoría de los efectos secundarios son leves y temporales, como enrojecimiento en el lugar de la inyección o fiebre baja.
• Información contradictoria: Las personas pueden sentirse bombardeadas con información contradictoria sobre las vacunas. La desinformación en línea (a través de internet o redes sociales) puede sembrar dudas sobre la seguridad y eficacia de las vacunas, lo que contribuye a la incertidumbre. Existe información falsa que puede confundir, por lo que siempre deben consultarse fuentes confiables y respaldadas como los sitios web de la OMS, PAHO, CDC, EMA, entre otros.
• Desarrollo rápido de vacunas: Durante emergencias de salud pública, como la pandemia de COVID-19, se pueden desarrollar vacunas rápidamente. Aunque los procesos de monitoreo y seguridad siguen siendo rigurosos y cumplen con los estándares de seguridad mundiales, algunas personas pueden sentir incertidumbre sobre la velocidad del desarrollo.
• Cambio en recomendaciones de vacunación: Las recomendaciones de vacunación pueden cambiar a medida que se obtiene más información sobre una enfermedad o una vacuna en particular. Estos cambios pueden generar incertidumbre en el público, pero a menudo reflejan la evolución continua de la ciencia y la comprensión médica.
• Desconfianza en las autoridades de salud: La desconfianza en las instituciones gubernamentales o en las autoridades de salud puede contribuir a la incertidumbre sobre la seguridad de las vacunas. La construcción de la confianza mediante la transparencia y la comunicación efectiva es clave para abordar este problema.
• Preocupaciones éticas y morales: Algunas personas pueden tener preocupaciones éticas o morales sobre el uso de vacunas, ya sea por motivos religiosos, filosóficos o culturales. Abordar estas preocupaciones de manera respetuosa y comprensiva es importante para construir la aceptación de la vacunación.

• Reacciones locales: En el lugar de la inyección, es posible experimentar enrojecimiento, hinchazón o dolor. Estas reacciones suelen ser leves y temporales. Las reacciones indican que el sistema inmune se encuentra trabajando en montar una respuesta inmune. 
• Reacciones leves: Algunas personas pueden experimentar síntomas leves, como fiebre baja o malestar general, después de recibir ciertas vacunas. Estos síntomas suelen desaparecer de 1 a 3 días y son una reacción normal del cuerpo.
• Reacciones alérgicas: Aunque son extremadamente raras, algunas personas pueden tener reacciones alérgicas a los componentes de una vacuna, como proteínas de huevo o gelatina. Sin embargo, las vacunas modernas son diseñadas para minimizar estos riesgos. Así como existen alergias a las nueces o intolerancias al gluten, puede ocurrir que algunas personas sean alérgicas a algún componente de las vacunas.
• Efectos secundarios graves: En casos muy raros, pueden ocurrir efectos secundarios más graves, como reacciones alérgicas graves (anafilaxia). Sin embargo, la frecuencia de estos eventos es extremadamente baja y el personal médico está preparado para responder a cualquier emergencia. 
• Eventos adversos raros: En algunos casos, se han reportado eventos adversos raros después de la vacunación. Por ejemplo, la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) se ha asociado con un riesgo muy bajo de síncopes (pérdida temporal del conocimiento/ desmallo) los cuales son ocasionados por los nervios de las personas a las agujas o al proceso de vacunación.

Es fundamental entender que, aunque los riesgos existen, los beneficios de la vacunación en la prevención de enfermedades y la protección de la salud pública son ampliamente respaldados por la evidencia científica. Los programas de vacunación están diseñados y monitoreados cuidadosamente por las autoridades de salud a nivel local y global para minimizar riesgos y maximizar beneficios.
Cualquier preocupación sobre la seguridad de las vacunas debe discutirse con un profesional de la salud, quien puede proporcionar información específica y responder a sus preguntas e inquietudes individuales. La información sobre los riesgos y beneficios de las vacunas también debe basarse en fuentes confiables y evidencia científica sólida.