Medicamentos para el cuidado de la piel: lo que se debe saber antes de aplicarlos
El uso de cremas y pomadas para tratar problemas de piel es muy común, pero no siempre se hace de forma adecuada. En este artículo se encuentra información clara sobre los medicamentos tópicos más usados en Guatemala, sus indicaciones, errores frecuentes y cómo aplicarlos correctamente para evitar complicaciones.
La piel como órgano protector y sensible
La piel es mucho más que una simple cubierta del cuerpo humano. Es el órgano más grande y cumple funciones esenciales para la salud. Actúa como una barrera que protege al organismo del calor, el frío, los microorganismos y los agentes químicos del entorno.
Al mismo tiempo, es un órgano sensible que permite sentir el entorno a través del tacto: detecta el dolor, la presión, la temperatura y otras sensaciones. Esta combinación de funciones la hace vulnerable y, al mismo tiempo, indispensable. Por ello, antes de aplicar cualquier medicamento o tratamiento, es importante comprender cómo funciona y qué cuidados necesita para mantenerse saludable.
Problemas de piel comunes que pueden tratarse con medicamentos
Existen muchas condiciones en la piel que afectan a personas de todas las edades y que, en la mayoría de los casos, pueden tratarse de forma efectiva con medicamentos. Algunos de los problemas más comunes incluyen el acné, que suele aparecer durante la adolescencia pero también puede presentarse en adultos; la dermatitis, que provoca enrojecimiento, picazón o resequedad; y las infecciones por hongos o bacterias, como el pie de atleta. Otras condiciones frecuentes son la psoriasis, la rosácea y las alergias. En todos estos casos, el uso adecuado de medicamentos ya sean cremas, pomadas, soluciones o tratamientos orales pueden aliviar los síntomas y mejorar la salud de la piel. Importancia del uso adecuado y supervisado (aunque sean de venta libre).
Medicamentos tópicos más comunes y sus usos
Los medicamentos tópicos son productos que se aplican directamente sobre la piel, mucosas, ojos u otras superficies del cuerpo para tratar condiciones localizadas. Su uso es común para aliviar síntomas, tratar infecciones, reducir inflamación o favorecer la cicatrización. Conocer los medicamentos tópicos más comunes y sus aplicaciones ayuda a utilizarlos de manera segura y efectiva, evitando riesgos por uso inadecuado.
Ácido salicílico, ¿Para qué sirve?
El ácido salicílico es un ingrediente muy utilizado en productos dermatológicos, especialmente para tratar acné leve, puntos negros y poros obstruidos. Es ideal para personas con piel grasa o mixta, ya que ayuda a limpiar profundamente la piel y a prevenir nuevas imperfecciones.
¿Cómo actúa el ácido salicílico?
A diferencia de los exfoliantes físicos que contienen partículas abrasivas, el ácido salicílico realiza una exfoliación química. Penetra en los poros y disuelve el exceso de grasa y células muertas acumuladas, ayudando a despejar los poros obstruidos y reduciendo la formación de granos y puntos negros. Además, tiene propiedades antiinflamatorias, por lo que puede disminuir el enrojecimiento y la hinchazón del acné.
Presentaciones en las que suele encontrarse el ácido salicílico
El ácido salicílico se encuentra en varias presentaciones, lo que permite adaptarlo a distintas rutinas y necesidades. La concentración más común en productos de venta libre es entre 0.5% y 2%.
Estos productos pueden encontrarse como:
¿Cuándo y por cuánto tiempo usar el ácido salicílico?
Se recomienda usarlo una vez al día (por ejemplo, por la noche), especialmente al comenzar. Con el tiempo y si la piel lo tolera bien, puede aumentarse a dos veces al día. Los resultados suelen notarse después de varias semanas de uso constante. Su uso debe ser constante pero moderado, y siempre se debe suspender si la piel se irrita. Aunque es de venta libre, siempre debe consultarse con un dermatólogo según las necesidades de la piel de cada persona.
Precauciones al utilizar el ácido salicílico
Aunque es eficaz, el ácido salicílico puede causar resequedad, enrojecimiento o descamación, sobre todo si se aplica en exceso o en piel sensible. Por eso:
Óxido de zinc, ¿Para qué sirve?
El óxido de zinc es un compuesto ampliamente utilizado en productos dermatológicos por su capacidad para proteger, calmar e incluso ayudar a cicatrizar la piel.
Es especialmente útil en casos de irritaciones leves, rozaduras por calor, dermatitis del pañal (pañalitis) y otros tipos de inflamación cutánea. Gracias a su suave acción, es seguro para su uso tanto en bebés como en adultos.
¿Cómo actúa el óxido de zinc?
El óxido de zinc forma una barrera física sobre la piel que la protege de la humedad, la fricción e irritación. Además, tiene propiedades antiinflamatorias y astringentes, lo que ayuda a calmar el enrojecimiento, reducir la picazón y favorecer la recuperación de la piel irritada. Esta acción es particularmente útil en zonas propensas a la fricción, como los pliegues o el área del pañal.
Presentaciones en las que suele encontrarse el óxido de zinc
El óxido de zinc se encuentra en múltiples presentaciones, principalmente de uso tópico. Las concentraciones pueden variar, pero los productos para dermatitis del pañal suelen tener entre 10% y 40% de óxido de zinc.
Puede encontrarse como:
¿Cuándo y por cuánto tiempo usar el óxido de zinc?
Puede utilizarse de forma ocasional o diaria, dependiendo de la necesidad. Se puede continuar su uso hasta que la piel sane completamente, siempre que no haya signos de empeoramiento.
En bebés, se aplica en cada cambio de pañal si hay irritación presente o riesgo de pañalitis.
En adultos, se recomienda para tratar o prevenir rozaduras por calor, fricción entre muslos, o irritaciones por sudor.
Cómo aplicarlo correctamente el óxido de zinc
1. Limpiar y secar bien la piel antes de aplicar el producto.
2. Aplicar una capa delgada pero uniforme sobre el área afectada.
3. En caso de pañalitis, evitar frotar demasiado fuerte para no irritar más la piel.
4. No es necesario retirar completamente el residuo en cada cambio de pañal si no hay signos de infección.
Precauciones al utilizar el óxido de zinc
El óxido de zinc es bien tolerado en la mayoría de los casos, pero puede causar irritación leve o reacciones alérgicas en pieles muy sensibles.
Si la irritación empeora o aparece una erupción persistente, se debe suspender el uso y consultar a un profesional de salud.
No debe aplicarse sobre heridas abiertas profundas o quemaduras graves sin supervisión médica.
Cremas antihistamínicas, ¿Para qué sirven?
Las cremas antihistamínicas se utilizan para aliviar síntomas cutáneos provocados por alergias, como picazón (prurito), enrojecimiento, inflamación o ronchas. Están indicadas en casos de reacciones alérgicas leves, picaduras de insectos, urticaria o dermatitis por contacto. Actúan directamente sobre la piel afectada, proporcionando alivio rápido y localizado.
¿Cómo actúan las cremas antihistamínicas?
Estas cremas contienen antihistamínicos, como difenhidramina o clorfenamina, que bloquean los efectos de la histamina, una sustancia que el cuerpo libera durante las reacciones alérgicas. Al bloquear su acción, se reduce la picazón, la inflamación y la sensación de ardor o malestar en la zona tratada.
Presentaciones comunes de las cremas antihistamínicas
Las cremas antihistamínicas están disponibles en productos de venta libre, pero deben usarse con precaución.
Se presentan típicamente como:
¿Cuándo y por cuánto tiempo usar las cremas antihistamínicas?
Estas cremas se utilizan solo en casos puntuales de irritación o alergia leve. Pueden aplicarse una o dos veces al día, sobre la piel limpia y seca, durante pocos días consecutivos (máximo 5 a 7 días), a menos que un médico indique lo contrario.
No deben usarse como tratamiento a largo plazo ni en áreas muy extensas del cuerpo.
¿Cómo aplicar las cremas antihistamínicas correctamente?
1. Lavar la piel con agua y secar bien la zona antes de aplicar.
2. Aplicar una capa fina de crema sobre el área afectada.
3. No cubrir con vendas o apósitos a menos que lo indique un profesional.
4. Evitar el contacto con los ojos, mucosas y heridas abiertas.
Precauciones al usar cremas antihistamínicas
Estas cremas pueden causar sensibilidad o irritación, especialmente en personas con piel delicada.
El uso excesivo o prolongado puede causar reacciones alérgicas locales o absorción sistémica del medicamento, lo que podría provocar somnolencia o efectos secundarios similares a los de los antihistamínicos orales.
No se recomienda su uso en bebés menores de 2 años sin supervisión médica.
Si los síntomas persisten, empeoran o se extienden, se debe suspender el uso y consultar a un profesional de salud.
¿Para qué sirven los corticoides tópicos?
Los corticoides tópicos son medicamentos en forma de cremas, pomadas o lociones que se aplican directamente sobre la piel para reducir la inflamación, el enrojecimiento y la picazón. Se utilizan con frecuencia en problemas como dermatitis, eccema, reacciones alérgicas o picaduras de insectos. Ayudan a calmar la piel y aliviar los síntomas molestos, pero deben usarse con precaución y solo por el tiempo indicado, ya que su uso prolongado o inadecuado puede causar efectos secundarios.
¿Cómo actúan los corticoides tópicos?
Los corticoides tópicos actúan reduciendo la inflamación directamente en la piel. Lo hacen al disminuir la actividad del sistema inmunológico en la zona donde se aplican. Gracias a este efecto antiinflamatorio local, ofrecen alivio rápido. Sin embargo, su acción también puede debilitar la barrera natural de la piel si se usan por mucho tiempo o en zonas sensibles.
Los corticoides tópicos se clasifican por su potencia, de baja a muy alta. La elección depende del diagnóstico, la severidad y el área afectada.
Presentaciones comunes de los corticoides tópicos
Los corticoides tópicos se encuentran en varias presentaciones, adaptadas al tipo de piel y zona a tratar:
¿Cuándo y por cuánto tiempo usar los corticoides tópicos?
Los corticoides tópicos deben usarse solo cuando hay indicación médica y durante el tiempo más corto posible para controlar los síntomas.
El tiempo de uso puede variar según el tipo de corticoide y la zona afectada:
En general, se recomienda usarlos una o dos veces al día, por 5 a 7 días en adultos. En zonas sensibles como la cara, pliegues o genitales, o en niños, se debe usar por menos tiempo y con menor potencia.
En algunos casos crónicos, el médico puede indicar un uso intermitente (por ejemplo, 2 días a la semana) para evitar recaídas sin provocar efectos adversos.
Es importante no prolongar su uso sin supervisión médica, ya que el uso excesivo puede causar adelgazamiento de la piel, aparición de estrías, aumento del riesgo de infecciones o dependencia del medicamento.
¿Cómo aplicar los corticoides tópicos?
1. Limpiar y secar la zona afectada.
2. Aplicar una capa delgada del producto, sin frotar con fuerza.
3. Lavar las manos después de la aplicación (si el tratamiento no es en las manos).
4. Evitar cubrir la zona con vendas o ropa ajustada, salvo que el médico lo indique.
5. Utilizarse con precaución.
Precauciones al usar corticoides tópicos
Aunque los corticoides tópicos son eficaces para tratar diversas condiciones de la piel, es importante usarlos con precaución para evitar efectos adversos. No deben aplicarse por períodos prolongados ni en grandes cantidades, sobre heridas abiertas, infecciones activas, acné o en el rostro.
En niños y en zonas sensibles como cara, pliegues, área genital o cuello, se recomienda usar presentaciones de baja potencia y por pocos días.
Siempre se debe seguir la indicación médica o las instrucciones del empaque, evitando automedicarse. Si los síntomas persisten o empeoran, se debe suspender el uso y consultar a un profesional de salud.
¿Para qué sirven antibióticos tópicos?
Los antibióticos tópicos se utilizan para tratar infecciones superficiales de la piel causadas por bacterias y heridas con signos de infección. Su acción localizada permite altas concentraciones directamente en la zona afectada, sin riesgos sistémicos.
¿Cómo actúan los antibióticos tópicos?
Los antibióticos tópicos actúan directamente sobre la piel al eliminar o detener el crecimiento de las bacterias que causan infecciones superficiales, como heridas infectadas. Al aplicarse directamente en la piel, estos medicamentos ayudan a controlar la infección en el sitio afectado, reduciendo el enrojecimiento, la inflamación y la producción de pus. Su acción evita que la infección se propague y ayuda a una mejor cicatrización.
Presentaciones comunes de los antibióticos tópicos
¿Cuándo y por cuánto tiempo usar los antibióticos tópicos?
Generalmente, se recomienda usarlos de 5 a 7 días. Este período es suficiente para controlar la mayoría de las infecciones cutáneas leves. Prolongar su uso sin supervisión médica puede aumentar el riesgo de resistencia bacteriana, causar irritación o dermatitis por contacto y alterar el equilibrio de la microbiota normal de la piel.
¿Cómo aplicar los antibióticos tópicos?
1. Lavar y secar la zona afectada.
2. Aplicar una capa delgada del ungüento o crema, frotando suavemente.
3. Si es necesario, usar gasa estéril para cubrir la zona.
4. Lavarse las manos después de la aplicación.
5. No aplicar en ojos, mucosas ni heridas abiertas profundas sin indicación médica.
Precauciones al usar antibióticos tópicos
Estos productos están diseñados para pequeñas lesiones. En grandes superficies de piel, se incrementa el riesgo de absorción sistémica y efectos adversos. No deben usarse en erupciones, hongos o alergias sin infección bacteriana, ya que podrían empeorar el problema o retrasar el tratamiento adecuado. Deben aplicarse únicamente sobre piel intacta o lesiones superficiales. No están indicados para úlceras profundas, quemaduras graves ni en el interior del cuerpo. Para mujeres embarazadas se recomienda usarlas solamente bajo recomendación de un médico.
¿Para qué sirven los antifúngicos tópicos ?
Los antifúngicos tópicos se utilizan para tratar infecciones de la piel causadas por hongos, como el pie de atleta (tinea pedis), candidiasis cutánea y otras condiciones. Los síntomas pueden ser enrojecimiento, picazón, descamación o grietas en la piel, y se transmiten fácilmente en ambientes húmedos o por contacto directo.
¿Cómo actúan los antifúngicos tópicos?
Los antifúngicos tópicos se aplican directamente sobre la piel para tratar infecciones causadas por hongos. Su función es detener el crecimiento del hongo o eliminarlo por completo. Actúan dañando la membrana que protege al hongo, lo que hace que este no pueda sobrevivir. Se usan comúnmente para tratar problemas como el pie de atleta, la tiña, la candidiasis cutánea y otras infecciones en la piel.
Presentaciones comunes de los antifúngicos tópicos
Tipos de antifúngicos tópicos
En Guatemala se encuentran disponibles múltiples antifúngicos tópicos, como:
¿Cuándo y por cuánto tiempo usar los antifúngicos tópicos?
El tratamiento debe comenzar desde los primeros síntomas y mantenerse al menos 2 semanas, incluso si la lesión mejora antes.
En infecciones como el pie de atleta o candidiasis, se puede extender el uso hasta 4 semanas para evitar recaídas.
El uso debe suspenderse sólo si hay irritación severa o reacción alérgica, y en ese caso se debe consultar al médico.
¿Cómo aplicar los antifúngicos tópicos?
1. Lavar y secar muy bien la zona afectada antes de aplicar el medicamento.
2. Aplicar una capa delgada de la crema o ungüento, extendiéndola un poco más allá del borde de la lesión.
3. Realizar la aplicación 1 o 2 veces al día, según indicación del producto.
4. Evitar cubrir con vendajes o ropa ajustada, a menos que el médico lo indique.
5. Lavarse las manos después de aplicar, para no llevar a otra parte del cuerpo la infección.
Precauciones al usar antifúngicos tópicos
Errores comunes al usar medicamentos para la piel
Es común cometer errores al usar cremas o pomadas, lo que puede empeorar el problema en lugar de mejorarlo. Uno de los más frecuentes es usar la misma crema “para todo”, sin saber si realmente es adecuada para el tipo de lesión o zona afectada.
Otro error es aplicar grandes cantidades, pensando que así actuará más rápido, cuando en realidad puede irritar la piel o desperdiciar el producto.
También es un riesgo combinar medicamentos sin indicación médica, como mezclar cremas con corticoides y antibióticos sin necesidad, lo que puede provocar efectos secundarios o resistencia a los tratamientos. Además, hay que tener cuidado con usar productos diseñados para el rostro en otras partes del cuerpo, ya que cada zona tiene características diferentes y no siempre toleran los mismos ingredientes.
Ante cualquier duda, lo mejor es consultar con un profesional de salud antes de aplicar cualquier tratamiento en la piel.
Falso. Aunque las cremas parecen inofensivas, muchas contienen medicamentos potentes como antibióticos, antifúngicos o corticoides. Usarlas sin indicación puede causar efectos secundarios, empeorar el problema o enmascarar enfermedades más graves. No todas las cremas son seguras para todos los tipos de piel ni para cualquier situación.
No necesariamente. Una crema más “fuerte” no significa que sea la más adecuada para cada caso. Usar medicamentos potentes sin indicación puede causar irritación, quemaduras, adelgazamiento de la piel u otros efectos adversos. Lo más importante es usar el tratamiento correcto, no el más agresivo.
No siempre. Muchos tratamientos son formulados según la edad, el tipo de piel y la condición específica. Lo que es seguro y efectivo para un niño no siempre lo es para un adulto, y viceversa. Compartir cremas puede causar reacciones inesperadas o falta de eficacia.
Falso. Las cremas con cortisona (corticoides) no son malas, pero deben usarse correctamente. Son muy útiles para tratar inflamación, alergias o algunas enfermedades de la piel, pero si se usan en exceso, en zonas sensibles o por tiempo prolongado sin control médico, pueden causar efectos secundarios como adelgazamiento de la piel o manchas. Siempre deben usarse con indicación profesional.
Consejos para el uso seguro de cremas y ungüentos
Referencias