Del primer síntoma a la recuperación: qué hacer para manejar el COVID-19
El COVID-19 vino para quedarse y saber cómo actuar cuando aparecen los síntomas es importante para la recuperación. Este artículo ofrece una guía clara sobre qué hacer, cómo manejar la enfermedad en casa, cuándo buscar atención médica y qué cuidados seguir después de la recuperación.
¿Qué hacer si se tienen síntomas de COVID-19?
Si una persona presenta síntomas compatibles con COVID-19, como fiebre, tos, dolor de garganta, congestión nasal, cansancio, dolor muscular, pérdida del olfato o del gusto, lo primero que debe hacer es reducir el contacto con otras personas y, de ser posible, quedarse en casa para evitar la propagación del virus.
Acciones recomendadas:
1. Usar mascarilla bien ajustada, especialmente en espacios compartidos o cerrados.
2. Permanecer en un área ventilada.
3. Solicitar o realizar una prueba de detección (autoprueba de antígeno o PCR), que siguen siendo útiles para confirmar la infección, sobre todo si se vive con personas en riesgo.
4. Consultar a un profesional de salud, especialmente si los síntomas se agravan o si la persona pertenece a un grupo vulnerable.
Manejo de síntomas leves en casa
La mayoría de los casos de COVID-19 se pueden tratar en casa con medidas simples. Es importante evitar automedicarse con antibióticos, corticoides o medicamentos no indicados.
Para tratar los síntomas se recomienda:
Dormir y descansar ayuda al cuerpo a combatir el virus.
Beber abundante agua y líquidos claros como: Agua natural (fría o tibia), agua de coco, caldo claro de pollo, res o vegetales (sin grasa visible), té de hierbas (como manzanilla, menta, jengibre o limón con miel), agua con limón, bebidas rehidratantes (tipo suero oral, casero o comercial, sin gas), gelatina sin colorantes fuertes.
Se puede tomar paracetamol (acetaminofén) para bajar la fiebre o aliviar dolores, siempre según indicación del empaque o de un médico.
Anotar cualquier cambio para informar al médico si es necesario.
¿Cuándo debo buscar atención médica?
Si los síntomas empeoran, se recomienda no esperar a que estos se vuelvan graves, es mejor actuar a tiempo.
Se debe acudir a un centro de salud, hospital o centro de atención de inmediato si se presentan alguno de estos signos de alarma:
1. Dificultad para respirar o sensación de falta de aire.
2. Dolor o presión persistente en el pecho.
3. Confusión o dificultad para despertar.
4. Coloración azulada en labios o rostro.
5. Fiebre que no baja después de 3 días de tratamiento.
Tratamientos disponibles y lo que se debe saber
Hasta la fecha, no hay cura específica para COVID-19, pero existen tratamientos que ayudan a controlar los síntomas o prevenir complicaciones:
– En casos leves: manejo de los síntomas.
– En casos moderados a graves: administración de oxígeno, anticoagulantes, corticoides (como dexametasona) y medicamentos antivirales aprobados.
No están recomendados medicamentos como ivermectina, dióxido de cloro, azitromicina o hidroxicloroquina. Su uso puede ser peligroso o ineficaz.
El rol de los antibióticos: ¿son necesarios?
Los antibióticos no curan el COVID-19 porque es causado por un virus, no por bacterias. Solo se usan si hay una infección bacteriana secundaria, confirmada por un médico.
El uso innecesario de antibióticos puede provocar resistencia antimicrobiana, haciendo más difícil tratar futuras infecciones.
Oxígeno y cuidados hospitalarios
La saturación de oxígeno es la medida de cuánto oxígeno lleva la sangre a los órganos del cuerpo.
Lo normal es que esté entre 95% y 100%.
Cuando una persona tiene una enfermedad respiratoria, como el COVID-19, los pulmones pueden tener dificultad para tomar suficiente oxígeno del aire. Esto hace que la saturación baje.
Si la saturación baja demasiado (por ejemplo, por debajo de 92%), el cuerpo no recibe el oxígeno que necesita para funcionar bien, y eso puede ser peligroso.
Cuando una persona presenta baja saturación de oxígeno, dificultad respiratoria o complicaciones, puede requerir hospitalización.
En estos casos, los cuidados pueden incluir:
– Oxígeno suplementario por cánula o mascarilla.
– Medicamentos antiinflamatorios y antivirales.
– En casos graves, ingreso a cuidados intensivos con soporte ventilatorio.
Seguimiento después del COVID-19
Después de recuperarse de un cuadro de COVID-19, es importante que la persona continúe prestando atención a su salud durante las semanas siguientes.
Aunque muchas personas se sienten bien tras unos días, otras pueden experimentar síntomas persistentes como fatiga, tos, dificultad para respirar, pérdida del olfato o del gusto, dolores musculares o dificultad para concentrarse.
Estos síntomas suelen mejorar con el tiempo, pero en algunos casos pueden durar varias semanas o incluso meses, lo que se conoce como COVID prolongado.
El seguimiento médico no siempre es necesario en casos leves y sin secuelas, pero si los síntomas persisten o aparecen nuevas molestias, se recomienda acudir al centro de salud para una evaluación. En personas con condiciones preexistentes, como enfermedades cardíacas, pulmonares, diabetes o hipertensión, es importante continuar con sus tratamientos habituales y consultar si hubo algún cambio en su estado general después de la infección.
En quienes estuvieron hospitalizados o necesitaron oxígeno, el control médico es aún más importante. Es posible que se indiquen estudios como radiografías, pruebas de función pulmonar o análisis de sangre para evaluar la recuperación completa. También se pueden recomendar ejercicios respiratorios, fisioterapia o apoyo psicológico, especialmente si la persona experimenta ansiedad, insomnio o cambios emocionales tras la enfermedad.
Además, después de recuperarse, es fundamental mantener hábitos saludables como una buena alimentación, actividad física ligera (según tolerancia), descanso adecuado y vacunación actualizada si corresponde. Recuperarse del COVID-19 no garantiza inmunidad duradera, por lo que es importante seguir cuidándose y mantener las medidas de prevención, especialmente en lugares cerrados o con alta circulación del virus.
Una vez superada la infección, es importante:
Salud mental durante la enfermedad y recuperación
El aislamiento, la enfermedad y la incertidumbre pueden causar ansiedad, estrés o depresión. Algunas estrategias útiles:
Alimentación e hidratación durante el COVID-19
Una buena nutrición ayuda a fortalecer el sistema inmune:
– Comer frutas, verduras, proteínas y cereales integrales.
– Evitar alimentos procesados o con exceso de azúcar.
– Beber agua frecuentemente, aunque no sientas sed.
Si se tiene poco apetito, se pueden hacer comidas pequeñas varias veces al día.
Ejercicio y movimiento durante y después del COVID-19
Durante la enfermedad, se recomienda descansar. Una vez se sienta mejor:
1. Comienzar con movimientos suaves (caminar dentro de casa, estiramientos).
2. Aumentar poco a poco la intensidad.
3. Escuchar al cuerpo es fundamental y descansar si se siente fatigado.
La actividad física ayuda a recuperar fuerza, función pulmonar y estado de ánimo.
Referencias