COVID-19: Síntomas comunes y cuándo buscar ayuda médica
El COVID-19 puede presentarse con síntomas leves o graves, por eso es importante saber reconocerlos. Este artículo explica cuáles son los signos más comunes y cuáles deben alertarnos para buscar atención médica inmediata. Estar informados permite actuar a tiempo y proteger tanto nuestra salud como la de quienes nos rodean.
¿Cuáles son los síntomas más comunes?
Los síntomas más comunes del COVID-19 pueden cambiar según la variante del virus, pero los más frecuentemente reportados incluyen:
– Fiebre o escalofríos
– Tos seca
– Dolor de garganta
– Congestión nasal o secreción
– Fatiga o cansancio general
– Dolor muscular o corporal
– Dolor de cabeza
– Pérdida del olfato o del gusto
– Diarrea o malestar estomacal (menos común)
– Estornudos o secreción nasal (más común con variantes como Ómicron)
Signos de alerta que requieren atención médica inmediata
Esté atento a los síntomas graves de COVID-19. Si usted o alguien más presenta cualquiera de esto síntomas, debe buscar atención médica de emergencia de inmediato:
– Dificultad para respirar
– Dolor o presión en el pecho que no desaparece
– Confusión o dificultad para despertarse
– Coloración azulada en labios o rostro
– No lograr despertarse o dificultad para permanecer despierto
– Fiebre alta (más de 38 °C)
Y otros síntomas que son menos frecuentes, pero si están asociados a COVID-19, pueden ser:
– Irritabilidad (Estado emocional en el que se molesta fácilmente)
– Pérdida de la conciencia (a veces asociada a convulsiones)
– Ansiedad
– Depresión
– Cambios en el sueño
– Complicaciones neurológicas más graves y raras, como inflamación del cerebro, delirios y lesiones neurales y accidentes cerebrovasculares.
Se debe buscar atención médica inmediata para todas las personas, de cualquier edad, que tengan cualquiera de estos síntomas.
¿Cómo sé si ya me dio COVID-19 si no tuve síntomas?
La única forma de comprobar si ya tuvo la enfermedad de COVID-19 es por medio de una prueba de anticuerpos. Estas pruebas buscan anticuerpos en su sangre que combatan el virus que causa el COVID-19. Los anticuerpos son proteínas generadas por su propio sistema inmunitario que le ayudan a combatir infecciones. Se generan luego de haber sido infectado o haber sido vacunado contra una infección.
Es posible que la prueba de anticuerpos sea positiva incluso si nunca tuvo síntomas de COVID-19 o si todavía no se vacunó contra el COVID-19. Esto puede suceder si tuvo la infección sin síntomas, llamada infección asintomática.
Por lo general, no se deberían usar pruebas de anticuerpos para diagnosticar infecciones en curso por el virus que causa el COVID-19. Las pruebas de anticuerpos podrían no detectar si tiene una infección en curso porque su organismo puede tardar entre 1 y 3 semanas después de una infección para generar anticuerpos.
Por el momento no se recomiendan las pruebas de anticuerpos para determinar si tiene inmunidad contra el COVID-19 después de haberse vacunado contra el COVID-19. Tampoco deberían usarse las pruebas de anticuerpos para decidir si una persona debe vacunarse.
Diferencia de síntomas según la variante
A lo largo de la pandemia, el virus SARS-CoV-2 ha cambiado y ha dado lugar a distintas variantes. Con estos cambios, también se han observado variaciones en los síntomas.
Los síntomas más comunes eran fiebre, tos seca, pérdida del olfato o gusto, y dificultad para respirar.
Similares a los originales, pero con mayor intensidad en algunos casos.
Asociada a síntomas más fuertes como fiebre alta, dolor de cabeza intenso, dolor muscular y mayor riesgo de complicaciones respiratorias.
Más contagiosa, pero con síntomas más leves en la mayoría de los casos: dolor de garganta, congestión nasal, estornudos, fatiga y menos pérdida del olfato o gusto.
Síntomas similares a un resfriado común, con aparición más rápida y duración más corta, pero todavía pueden causar cuadros graves en personas vulnerables.
Síntomas en diferentes grupos de edad
Aunque cualquier persona puede contagiarse, los síntomas y riesgos varían según la edad y la condición de salud.
Niños
Generalmente presentan síntomas leves o moderados.
Los más comunes son: fiebre, tos, dolor de garganta, fatiga, y congestión nasal.
Algunos pueden tener síntomas digestivos como diarrea o vómitos.
En raros casos, pueden desarrollar una condición llamada síndrome inflamatorio multisistémico pediátrico (MIS-C), que requiere atención urgente.
Adultos mayores (60 años o más)
Tienen mayor riesgo de desarrollar síntomas graves.
Pueden presentar síntomas comunes (fiebre, tos, dificultad para respirar), pero también:
Confusión o desorientación súbitas, debilidad general, pérdida del apetito.
La evolución puede ser rápida, por lo que es clave buscar atención médica temprana.
Personas con enfermedades crónicas
Incluye personas con diabetes, hipertensión, enfermedades del corazón, obesidad, cáncer, enfermedades pulmonares, entre otras.
Tienen mayor probabilidad de sufrir complicaciones graves, como neumonía o insuficiencia respiratoria.
Deben estar alertas incluso ante síntomas leves, ya que la progresión puede ser más rápida.
¿Cuándo hacer una prueba de COVID-19?
Una persona debe considerar hacerse una prueba de COVID-19 si presenta síntomas como fiebre, tos, dolor de garganta, dificultad para respirar, pérdida del gusto u olfato, fatiga o dolores en el cuerpo. Estos pueden ser señales de una infección activa.
También, es recomendable hacerse la prueba si ha tenido contacto cercano con alguien que dio positivo, especialmente si ocurrió sin mascarilla, en un espacio cerrado o por un tiempo prolongado. Esto es aún más importante si la persona no está vacunada o tiene un esquema de vacunación incompleto.
Además, es útil realizarse una prueba antes de visitar a personas vulnerables, como adultos mayores o personas con enfermedades crónicas, para proteger su salud.
En algunos casos, puede ser necesario hacerse una prueba por requerimientos de viaje, ingreso a ciertos lugares, o por indicación médica o laboral.
¿Por qué identificar síntomas a tiempo puede salvar vidas?
Identificar los síntomas de COVID-19 a tiempo puede salvar vidas porque permite actuar de forma rápida, evitando complicaciones graves y reduciendo el riesgo de contagiar a otras personas.
Cuando los síntomas se detectan temprano:
Recomendaciones si se presentan síntomas
1. Aislarse de inmediato
Para evitar contagiar a otras personas, quédate en casa y mantente en una habitación separada si es posible.
2. Usar mascarilla
Si necesita compartir espacio con otras personas, utilizar mascarilla, especialmente en lugares cerrados o mal ventilados.
3. Avisar a contactos recientes
Informar a quienes estuvieron cerca en los últimos días para que estén atentos a síntomas y tomen precauciones.
4. Realizarse una prueba de diagnóstico
Si está disponible, hazte una prueba (PCR o de antígeno) para confirmar si tienes COVID-19.
5. Monitorear los síntomas
Controlar la temperatura y observar si los síntomas empeoran, especialmente se presenta dificultad para respirar o fiebre alta persistente.
6. Consultar con un profesional de salud
No automedicarse. Comunicarse con un centro de salud para recibir orientación adecuada.
7. Hidratarse y descansar
Beber líquidos, mantener una alimentación ligera y descansar lo suficiente para apoyar a la recuperación.
¿Cómo diferenciar el COVID-19 de otras enfermedades respiratorias?
La forma en que puede estar seguro de qué es lo que provoca los síntomas es por medio de una prueba. Se recomienda aislarse desde el momento en que comienzan los síntomas hasta poder tener un resultado confiable sobre si es o no COVID-19.
La prueba PCR da resultados muy certeros y pueden confirman una infección a los pocos días de haberse contagiado. La prueba de antígeno da resultados más rápidos pero menos precisos, puede tener un resultado confiable a partir de los 3 o 5 días después de los primeros síntomas.
Dependiendo de sus síntomas, puede también diferenciar una gripe, de la alergia y del COVID-19, como por ejemplo:
¿Por qué el COVID-19 afecta los niveles de oxígeno?
El COVID-19 puede afectar los niveles de oxígeno porque el virus SARS-CoV-2 ataca principalmente los pulmones, que son los órganos responsables de llevar oxígeno al cuerpo. Cuando los pulmones se inflaman o se llenan de líquido a causa de la infección, les resulta más difícil transferir oxígeno a la sangre. Esta disminución puede ocurrir de forma lenta y sin síntomas evidentes al principio, lo que se conoce como “hipoxia silenciosa”.
Los niveles de oxígeno en la sangre se miden como un porcentaje. Para la mayoría de las personas, un nivel de oxígeno del 95 por ciento o más es estándar y saludable.
Póngase en contacto con un médico si su nivel de oxígeno en la sangre cae por debajo del 95 por ciento.
Busque atención médica de emergencia si su nivel de oxígeno en la sangre cae por debajo del 90 por ciento.
Afecciones posteriores al COVID-19 o “long COVID”
Algunas personas continúan sintiéndose mal semanas o meses después de recuperarse de la infección aguda por COVID-19. A esto se le conoce como Long COVID, afecciones posteriores al COVID-19, COVID-19 persistente, COVID-19 de larga duración, COVID-19 postagudo, efectos a largo plazo del COVID-19 o COVID-19 crónico. La mejor forma de prevenir el COVID-19 largo, es evitar contraer la enfermedad. Para quienes cumplen los requisitos, vacunarse lo antes posible es la mejor manera de evitar contraer la enfermedad y también puede ayudar a proteger a quienes los rodean.
Los síntomas más comunes incluyen fatiga, dificultad para respirar, dolor muscular o articular, y problemas para dormir. Estas secuelas pueden afectar a personas de cualquier edad, incluso si tuvieron síntomas leves.
A diferencia de algunos de los síntomas después de tener COVID-19 que solo suelen ocurrir en personas que se enfermaron gravemente, estos síntomas pueden presentarse en cualquier persona que haya tenido COVID-19, incluso si no tuvieron síntomas iniciales. Las personas comúnmente notifican combinaciones de los siguientes síntomas adicionales:
Referencias